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Los Capuchinos en laPenínsula Ibérica no se admitiesen sino uno o dos novicios legos de uno a otro capítulo, hasta que el número de profesos descendiese; asimis­ mo limitó a doce el número de donados en toda la provincia. 265. Fue grande el rigor en la selección, al menos en los dos primeros siglos. Se examinaban detenidamente los motivos que inducían al candidato a pedir el hábito, los impedimentos que pudiera haber, condición natural, ambiente familiar, etc. Se le exponía el tenor de la Regla y de las Constituciones, y “ la aspereza de nuestra vida” . Aun así, se le daba largas una y otra vez y, si aun insistía, se pasaban las informaciones al pro­ vincial, el cual comisionaba un grupo de religiosos de la comu­ nidad del noviciado para que dieran el dictamen definitivo. Sólo entonces era admitido. Si entraba para corista, debía ser examinado de gramática latina, con ejercicio de traduc­ ción y composición. Había normas precisas sobre los criterios de selección. 266. Entre esos criterios había uno que choca con nuestra mentalidad y aun con el espíritu franciscano, pero que encaja­ ba plenamente en la idiosincrasia de la sociedad española de la época: la limpieza de sangre. En el Método para hacer las in­ formaciones de la provincia de Castilla se amonesta a los Pa­ dres informadores que “ reparen mucho en los defectos de san­ gre, linaje y oficios bajos, no se pierda entre nosotros la buena fama que tenemos en este punto entre religiosos y seglares, llamando a los capuchinos caballeros pobres ” . El candidato debía ser hijo legítimo de padres cristianos viejos, limpios de mala sangre de judíos, moros, herejes, etc, y propietarios de hacienda suficiente para vivir con decencia. Y añade dicho Método : “Acuérdense que prepondera más el lustre, esplendor, observancia y santidad de la Orden, que el bien particular del novicio...” . 267. En Navarra fue adoptada, además, una norma de se­ lección, que descubre el clima interno regional: en 1723 decre­ tó el capítulo que fuesen admitidos al hábito “ sólo los natura­ les del reino de Navarra y provincia de Guipúzcoa y los que 162

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