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un futuro no lejano a ser gran misionero entre infieles, con el fin de reducirlos al aprisco de Cristo y recibir la palma del martirio, si tales eran los planes del Señor. Entre tanto, como miembro de la Congregación de la Inmaculada -y San Estanislao, se dedicó asiduamente a la enseñanza de la doc– trina cristiana en compañia de otros con.g.regantes. Hizo sus pri– meros ensayos religioso pedagógicos entre los aspirantes a la Con– gregación. Durante el mtsmo curso catequístico pasó ya a dar clases de religión en Luchana, Elorrieta y Erandio. Y por el año de 19?.8 iba también los domingos por la tarde a la catequ·esis del Oratorio festivo de Elegábarri de los padres Salesianos. Pero no solamente ejerció el apostolado en los catecismos de niños, sino también entre personas particulares alejadas de Dios y sin creencias religiosas. .Para muestra valen los casos siguientes: Terminados los estudios mercantiles y colocado en una oficina, encontró en ella un compañero de trabajo totalmente apartado de la Religión; se hizo amigo suyo, no descansando hasta llevarle a los pies de un confesor. Dió en otra ocasión con un joven, barbero de ofi– cio, tan incrédulo como el primero; también se hizo amig.o de él y trabajó afanosamente hasta devolverle a las prácticas piadosas. Para conseguirlo pedía oraciones a sus amigos de Congregación y oraba él también y se mortíficaba e ib-a a la barbería cien veces más de las que necesitaba. Quiso asimismo atraer a la verdadera Rel¡gión a un joven inglés disidente; todo marchaba por buen ca– mino, si bien no pudo terminar su obra, porque dicho joven fué lla– mado por su madre, que era propagandista protestante. (Emilio Se– -rrano Contr.eras.) Con gusto transcribo algunos párrafos de unas notas enviadas por €1 señor presbítero don Andrés Eliseo Mañaricúa Nuere, actual pro– fesor en la Universidad de Deusto, Archivero de la Diócesis, Biblio– tecario del Seminario y Juez IProsinodal, compañero en otro tiempo <ie Emi.lio Serrano. «Yo conoci a Emilio Serrane-escribe-cuando él cursaba la ca– rrera de comercio y yo el bachillerato. Nuestra amistad nació en la Congregación, en la que por primera vez le hablé, y había de per– durar a través de los años a pesar de las vicisitudes. De intensa vida espiritual, una idea le dominaba, el apostolado. Apostolado en el momento que vivía. ¿Ideal de apostolado para su vida futura? Las Misiones ... China ... La Compañía de Jesús. »En su entusiasmo empezó a estudiar el chino. Los domingos hacia mediodía, cuando los catequistas congregantes volvíamos de Elorrieta, Luchana y Erandio en el tren resonaba un coro original: El Ave– maría en chino. Yo creo que los chinos no nos hubieran entendido, 365

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