BCCAP000000000000138ELEC

de su auxilio. Pero al regresar cierto día, advirtió que algunas mu– jeres se fijaron en él, oyéndolas decir: cEste es el fraile que venia de El Pardo.~ Subió el siervo de Dios algún tanto alarmado, pronun– ciando ante la sefiora una frase muy gráfica en su tierra : <Reunión de zorras, alboroto de gautnas.~ Desde ese momento ya no se creyó seguro en tan amable casa, para él de toda confianza; pero con razón supuso que al ser conocido como lo fué habria alboroto no de gallinas, mas sí de mujeres, que indudabJemente le denunciarían, con peligro para él y para la buena sefiora tan caritativa que tan amablemente le había recibido y cuidado. Era, pues, necesario bus– car otro refugi<> menos peligroso. VI Segundo retugio.-Buena documentación.-Mortijicado y caritativo.-Comunión y santa misa muy frecuentes. Tenía fray Primitivo una sobrina de quien ya en páginas anterio– res he hecho menctón, la cual facilitó su consagración a Dios, por cuanto ella se encargó del cuidado de la abuelita. Fallecida ésta,. propuso el siervo de Dios a aquella el plan de vida para el futuro. «Tienes dos caminos, la dijo; o dedicarte al servicio del Sefior en el estado relig.io.5o, o emplearte en la villa de Madrid.~ cYo no tengo vocación religiosa, , respondió la sefionta Bernarda; vino, por lo mismo a Madrid, empleándose, pero siempre bajo la prudente y pro– tectora mirada del siervo de Dios. Andando el ti.empo y de acuerdo con el tío, contrajo matrimonio con el joven Eustaquio González Soto, radicándose ambos en un apartamen to de casa de vecindad, de planta baja, en la calle de Adrián Pulido. varias veces visitó el sobrino político al tío cuando se encontraba en el primer refugio, ofreciéndole, como es natural, la modesta mo– rada. Como fray Primitivo no las tenía todas consigo desde aquella misteriosa conversación de las no menos misteriosas mujeres, optó por aceptar el ofrecimiento de los sobrinos, trasladándose a su casa el dia 1 de agosto del mismo afio 1936, permaneciendo con ellos hasta el 19 de mayo del siguiente afio, en que fué detenido y asesi– nado por los comunistas. Inscripros los sobrinos en la C. N. T., por la necesidad de que les dejaran trabajar y de poder fácilmente conseguir alimentos,. procuraron al tío un carnet de la misma filiación, como lo hacían entonces tantas personas buenas, para librarse de la persecución y de la muerte. Así documentado cruzó libre e impunemente las 334

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz