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cuyo miniSterio recibió del cielo gracia especiaL Cuando se trataba del confesonario y de visitar enf-ermos para confesarlos, el padre AndréS no perdonaba sacrtficio ni le importaban las mcomodidades. A cualquier hora, aun en tiempo de descanso o de comida, quería que se le llamara cuando le pedían, no alegando jamás excusa, antes bien, lamentándose cuando no se le llamaba, sobre todo, si era gente de fuera de la capital o gente pobre. Era el padre muy conocido en Madrid, y tenía muchas y buenas amistades, confesaba mucha gente, y a políticos destacados, inclusive de la República.) (Fray Sabino cte Quintanilla.) cEl padre Andrés era un perfecto religioso. Era un religioso muy culto, pero su cultura estaba acompañ.ada de gran sencillez y hu– mildad franciscana, cualidades que le ayudaban inmensamente para. introducirse en las almas, para hac-erlas con su acertada dirección inmeru¡o bien espirituab (Abogado Juan Vargas.) cEl padre Andrés era, en mi concepto, un santo; religioso y sacer– dote ejemplar cuanto se puede ponderar. Como confesor y director trataba de inculcar la verdadera piedad, con prudencia, celo, sua– vidad y caridad. Fué mucho lo que me consoló como director en las amarguras con que el Señor se ha servido probarme en esta vida.:. (Carmen Vargas .) cCon el padre Andrés me confesé y dirigi varios aflos. Tamblén visitaba algo el .padre Andrés a mi familia; por lo mismo pude co– nocerle para fomar de él un juicio lo suficientemente adecuado, as1 en cuanto a religioso como también en el ministerio de confesor y director de almas. Como religioso, era un sant o; ejemplar, sencillo, humilde, comunicativo y respetuoso <:on su dignidad de sacerdote y religioso. La caridad y delicadeza con que trataba a las almas en la confesión fueron siempre tan .grandes, que eran muchísimas las personas de toda clase social, hombres y mujeres, que confesaban con él y con él se dirigían. Entre las devociones que con sus consejos más procuraba inculcar, era la devoción a la Madre de Dios en el misterio de su Inmaculada CoD'cepción. Su dirección esptritual fué para mi tan profunda y orientadora que juzgo que, todos los bienes que me han venido, son debidos a aquella p!udente, sabia y cari– tativa dirección. El mismo día que fué detenido por los milicianos en la pensión San Antonio, de esta villa de Madrid, estuvo en nuestra casa. Le pedimos confesión y bondadosamente a todos nos confesó.• (Mp.ría Muñoz de Rodríguez.) «Fué el padre Andrés mi confesor y director espiritual buen nú– mero de añ.os ; ésta fué precisamente la razón principal de nuestro trato, aunque era amigo también de mis padres y de toda la fami– lia. El padre Andrés era intachable, ejempla r en todo el sentido 19

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