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:folio grande y líneas compactas. Todo lo cual prueba el espíritu de laboriosidad del padre Andrés:, teniendo además en cuenta otras muchas actividades a que consagraba habitualmente g.ran parte del día. Cuando el año de 1934 la Provincia Capuchina de Castilla debía celebrar Capítulo para la elección de nuevos superiores, el padre Andrés fué elegido delegado o representante de la Comunidad del convento de Jesús; y en el Capítulo, tercer Definidor o Consejero Provincial, sin que por eso dejara los cargos de arch~vero y cronista de la !Provincia. Con dichos cargos llegó hasta el mes de julio der año 1936, en que fué asesinado por las hordas rojas, como más ade– lante verá el lector. (Tablas Capitulares.) IV Confesor y director de azmas.-Abnegación, caridad, fir– meza y seguridad.-Si San Juan hubiera sido confesor... No fué ciertamente el púlpito, ni tampoco la pluma tan hábil– mente manejada por el padre Andrés, el medio más ~ficaz con que ejerció su fecundo apostolado; el siervo de Dios fué especialmente apóstol en el confesionario y en la asistencia · a los enfermos ;para administrarles los sacramentos y llevarlas el consuelo de la relíglón. «En el ejercicio de los ministerios era muy dUígente, sobre todo, para asistir al confesonario a cualquier hora que se le llamara. Entre los seglares tenía gran ascendiente, singularmente entre caballe– ros, ya porque en él descubrieron la ciencia de que estaba dotado, ya también por la bondad que en él fácilmente se notaba. En el trato con personas de distinto sexo fué siempre prudente, aunque, como he dicho, era la bondad personificada, y las muchas mujeres que con él ~Se confesaban y se dirigían. La caridad era su distintivo, y esta caridad la manifestaba en hacer favores a cuantos se lo pedían. Era muy sacnficado para er confesonario, cuyo ministerio ejercía con gran aceptación de los fieles. En un ;pueblo de Toledo (Los Navalmorales) estuvo, a más de gran parte del día, toda la noche confesando hombres. Para este mi– nisterio era ~n.cansable.» <<De carácter sencillo y bondadoso, compasivo y caritativo con las miserias y necesidades humanas, tanto esp1rituales como corpo– rale~; eso era el padre Andrés. Además de la enseñanza en nuestros Colegios Mayores de Filosofía y de Teología se dedicó con asiduidad a los ministerios sacerdotales, especialmente al confesonano, para 18

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