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bastaba verle, dada su manera de aparecer, para que cualqutera su– piera que era un relig.i.oso disfrazado, y que corría mucho peligro, tanto más cuanto que él entendía que nunca debía haberse despren– dido del hábito, y para conservar algo, no se despojó de la túnica interior. Tengo por -cierto que ese día salió conforme me dijo, y que ese día le mataron. Primero, porque él mismo me dijo, cuando yo le aconsejé que no saliera, que saldría, y que S•i ese día le mataban, que se daba por feliz, porque lo mataban el día de la Virgen, y la Santí– sima Virg.en lo recibiría. Y pude comprobar que se realizó este deseo, porque yo vi su fotografía expuesta el día 17, porque las cosas no andaban tan rápidas entre aquella gente, por lo que creo como cierto que la fecha exacta de su muerte fué el dia 15, que fué la fecha de su detención, cumpliéndose sus deseos, que eran de morir el día de la Virgen, pudiéndose, por tanto, presentarse este siervo de Dios como mártir de la EucariStía y de la Santísima Virgen.>> VJI Descubierto y p-erseguido.-A la C(Llle de AZarcón y a za de Alfonso XII.-Detenido por los milicianos.-En la checa de Bellas Artes.-Martirizado «La noticia de la muerte del padre Andrés--continúa escr.ibiendo la señ.orita Torreblanca-, le causó gran sentimiento, y al comunicár– sela recuerdo que me dijo, como transfigurado: «¡Qué cosas; dos ti– ros... , y a la eternidad!» Ya se empezó a preocupar de que urgen– temente necesitaba una documentación, y como los días pasaban y el triunfo no llegaba, yo le veía decaer y extenuarse. Me consta que su alimentación fué escasísima: pan y agua, alguna onza de choco– late crudo, y tal vez, un poco de fruta, y que hacía penitenc1a (todo ésto me lo dijo Juan). Lo que se le llevaba, se lo daba a los viejos, y nada de ello tomaoo en las horas de comer. >>¿Qué fué también de sus pequeñ.os instrumentos de tortura? ¿Se los llevó bien guardados en sus bolsillos? ¿Los hicieron desaparecer los Viejos con su ropa? Por aquellos días le nevé de lectura la Filosofí(L de la Eucaristía y a Propósito del Evangelio, que lueg.o recuperé. »El 13 de agosto le vi por última vez. El domingo 16 de agosto, a eso de las diez de la mañ.ana, había yo bajado al teléfono de la portería de la finca inmed!ata a avisar al médico y a la farmacia. Me estaba esperando en el portal la mujer que asistía en casa de Juan y Carlota, para decirme de parte del padre que fuera por allL 149

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