BCCAP000000000000125ELEC

ANUARIO MISIONAL moseando iglesias y convento$. El cariño y la afición, que el pueblo les ha cobrado en tan pocos años y las alabanzas, que han mereci– do repetidas veces del Sr. Obispo y de otras dignísimas autorida– des, son el mejor testimonio de cuanto venimos dic.iendo. Sin em– bargo, trataremos de hacer un breve resumen de su obra espiritual y material, como prueba de nuestras afirmaciones. 6. Asistencia a enfermos. Cuando nuestros Padr<:!S tomaron posesión de sus parroquias, en Sual morfan sin recibir los últimos sacramentos el noventa y cinco por cien de los católicos adultos; en Bugallón y Salasa el ochenta y cinco por cien y en Labrador y Aguilar el ochenta por cien. Actualmente los libros parroquiales comprueban que, des– pués de cinco ai'los, el número de los que mueren sin sacramentos se ha reducido al veinte por cien en Labrador, al cuarenta por cien en Salase y Aguilar, al setenta por cien en Bugullón y al setenta y cinco por cien en Sual. Y esperan nuestros Padres que, dentro de cinco ellos, conseguirán resolver tan satisfactoriamente este pro– blema, que solamente por muerte repentina o casi repentina en los lugares apartadíslmos de la poblacion pasen a la eternidad los cris– tianos sin el confortamiento de los sacramentos. El trabajo y sacri– ficio que esto supone solamente se comprenderá, reflexionando que en cada pueblo no hay más que un Padre, que cada Padre tiene de cinco a siete mil almas a su cuidado y que muchos de los barrios distan seis y siete kilómetr<>s sin caminos o con caminos intransita– bles en los meses de lluvia. 7. Asociaciones. Respecto a los sacramentos de la confesión y comunión hay que consignar que a la llegada de nuestros Padres no pasarian del uno por ciento tos varones que los recibían anualmente, ni del diez por ciento las mujeres. Y en cuanto a la Santa Misa, únicamente un ocho por ciento, en su mayoría mujeres, la oran dominicalmente. Para remediar este estado de cosas, además de la predicación constante, sirviéronse los párrocos del fomento y fundación de aso– ciaciones piadosas, que diesen cohesión a los fieles y emulación y regularidad en el cumplimiento de sus deberes religiosos. Reaviva– ron en primer lugar el Apostolado de la Oración, que era casi la única asociación que existía anteriormente y fundaron luego la Co– íradl11 de Ntra. Sra. de Lourdes, los Exploradores o Boy-Scout, los Caballeros de San Isidro y otras. El fruto en las mujeres y en las 7

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz