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98 ANUARIO MISIONAL jóvenes ha sido consolador, pues son ya muchlsimas las que se acercan a la sagrada mesa. En los hombres también se ha alcanza– do fruto, pues algunas de las personas principales de cada pueblo han abierto ya el camino del confesonario y del presbiterio. Sin embargo, el fruto no ha correspondido todavía ni a las esperanzas ni a los desvelos; por eso, aprovechando la proximidad del Congre· so Eucarístico Internacional de Manila, se trabaja activísimamente por llevar los hombres y los nii\os al sagrario, alistándolos en la asociación Cruzada Eucaristica. Y es de creer que el entusiasmo, con que todos los filipinos están preparando el Congreso, será pre· miado por T esús Sacramentado con la gracia de atraer a los hom· bres al Sacramento de su amor, como tan ansiosamente lo desean los párrocos. 8.-lnstrucclón Catequística. La instrucción catequlstica de los nii\os ocupó desde un princi· pio la principal atención de los nutstros. En los primeros ai\os, no teniendo acceso a las escuelas gubernamentales, establecieron la catequesis dominical en la iglesia, fundaron escuelas de párvulos en los conventos, y organizaron catequéticemente las escuelitas que, para ensei\ar a leer y escribir, mantenían en los barrios algu· nas personas privadas. Pero, aunque :de esta formu daban instruc– ción religiosa a algunos cientos de niños, quedaban siempre mu– chlsimos abandonados a la pereza de sus padres. Estos dos últimos ai\os el Gobierno ha dado facilidades para en– sel'lar catecismo en las escuelas y, aunque para ello hay que ob!ener la firma de los padres de cada alumno y sufrir muchas molestias e inconvenientes, sin embargo, con el deseo de coger a todos los ni– ños para la doctríne, nuestros párrocos se han lanzudo decidida– mente a ello. El resultado hasta el momento presente no puede ser más consolador ni más hermoso. Miles de nii\os,- todos los niilos prácticamente,- de Aguilar, Salase y Labrador reciben regular y metódicamente instrucción religiosa y en todas las aulas resuenan entusiastamente los himnos catequísticos. Otro tanto puede decir– se, aunque no en ten gran escala, de Bugallón y de Sual. 9.-lnstrucción a los mayores. No con menos fervor que de los nil'los, se preocuparon de la instrucción religiosa de los mayort-s, echando mano para ello de todos los medios a su alcance. Todos los domingos y fiestas cele– bra cada uno dos misas y en ambas predican la divina palabra en pangasinán.

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