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En otros momentos Huane me afirmó que los obreros tenían mie– do y me preguntaba el porqué. Según él, ningún Huaorani amem1zó a nadie; era que los obreros tenían miedo. Según otra versión, recogida por Otorino, a lo sumo, Ompura ha– bría hecho una broma pidiendo en voz alta: "¡Arroz, arroz!", sin atre– verse a asomar cuando los trabajadores se dieron a la fuga abandonan– do precipitadamente trabajo y herramientas. Dormía en casa de mis padres, cuando a las once de La noche un fuerte aguacero nos movilizó a Araba y a mí para arreglar las hojas del techo y esquivar así las abundantes goteras. Luego apenas pude dor– mir: me sentía impresionado por mi cumpleaños, ¡58 cumplidos! Después de aquel día primero de mi existencia, pueda ser que nunca me haya sentido tan libre de impedimentos para agradecer a Dios y a mi madre el don de mi cuerpo y de mi alma. Mi madre me de– cía que había nacido a las cinco de la mañana: poco más tarde, Pahua, mi madre adoptiva Huaorani, me obsequiaba una taza de chucula y un brazo de mono chorongo para mi desayuno. "¡Hoy, Señor, te damos . I" gracias.. Hacia las diez de la mañana el helicóptero me trasladó al helipuer– to 92, 4, en la margen derecha del Cahuimeno, donde se encuentran trabajando el equipo de trocha BS y el P.11 de taladro. Aquí se encon– traba Otorino, en servicios varios, pero principalmente como mensaje– ro de paz y amistad. Por la tarde, inesperadamente, nos visita el helicóptero grande de Cepe. El aparato viene desde Coca, y viajan en él el Mayor Uzcátegui, el lng. Chávez, los Doctores Casare, médico de Cepe y Vaca, dentista, y otros personemos de Cepe. Me invitan a que vaya con ellos al grupo Huaorani de Inihua y Cai, a quienes quieren visitar para darles aten– ción médica general y de odontología; se comprometen a volverme al mismo campamento BS. En eJ grupo Huaorani no hay resistencia alguna: a la menor insi– nuación colaboran para dejarse inyectar, tomar pastillas y, aunque nos cuesta un poco más, aun para las extracciones dentarias. Huiyacamo da el ejemplo, que es seguido por los otros, y se hacen hasta ocho ex– tracciones. Después de su trabajo los médicos alabaron esta gran cola– boración de los Huaorani. Como es de rigor en estas ocasiones, hubo profusión de fotos para la prensa nacional. Después el helicóptero volvió a dejarme en el cam– pamento BS. 134

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