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III ¿ES EL SUBUnBIO EXCLUSIVO DE LA CAPITAL DE ESPA~ A ? Lo es de todas las grandes ciu– dades, españolas y extranjeras, del viejo y del nuevo :\1 undo. Y lo es en mayores proporciones en otras capitales europeas. Empecemos por Londres. Su población suburbana es de un 40 por 100, comparada con la población total de la ciuaad. La población suburbana de Pa– rís es de un 50 por 100. La de Madrid no pasa de un 25 por 100. En cuanto a las condiciones de vida de los habitantes del suburbio, tampoco Madrid tiene que envidiar a otras capitales. Cito al azar el re– portaje de un periódico argentino, en el que se denuncia el cinturón de n1iseria que rodea a Buenos Ai– rt'S ; viviendas hacinadas, hechas de barro, paja, latas ; casuchas de madera construidas con cajones y pedazos de metal oxidado... Y en cUas, mezclados en vergonzosa pro– miscuiaad, innumerables familias, niños hambrientos llenos de hara– pos con los pies descalzos. De 60 fa– milias que viven en un sector del extrarradio, solamente hay un ma– trinwnio legítimo. La mayoda son analfabetos y gente que se entrega a los vicios más torpes. Pasa luego el articulista a descu– brir los esiuerzos de un catequista de veinte años que consagra s u vida a ayudar a estos desarrapados, y a quienes trae en su visita semanal zapatos, ropas, lápices, cuadernos, medicinas, etc., a más de darles de comer, les prodiga cariño y amor. Porque estas gentes, termina el pe– riodista, no necesitan solamente li– mosna; precisan, sobre tooo, amor para enseñarles a vivir como seres humanos. Y lo que decimos de la capital de Argentina podemos aplicarlo a la totalidad de las otras capitales del Nuevo y del Viejo Mundo. Cierto que en Madrid y en otras de nuestras grandes ciudades hay suburbios. ¿Por qué negarlo? Pe– ro no somos una excepción . Aquí, como en todas las partes y en todos los tiempos se cumplirán las pala– bras ae Cristo : "Habrá siempre pobres entre vosotros." Y habiendo pobres habrá sectores alejados del centro de las poblaciones, en los que el coste de )a vivienda sea más asequible, es decir, habrá s ubur– bios. Deber de todos es trabajar por mejorarlos, dignificarlos. 19