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8 2 trecho que castigó a un corista haciéndole comer seis días seguidos en tierra porque una vez quebrantó el silencio. Ahora escribe y se empeña a pesar de mis exhortacio­ nes repetidas en que si no le admiten la renuncia de todo cargo, mañana ante toda la Comunidad declarará que deja de ser responsable de cuanto en el Convento suceda. Al instante he telegrafiado para evitar un escándalo, admitiéndole la renuncia: lo en­ viaré a Misiones, pues se muestra pronto y no conviene en la Provincia con tan locas ideas. Gracias a Dios esto es un hecho enteramente aislado y sin consecuencias. Y este Padre es uno de los que pregonan la obediencia y la observancia. Tenga la amabilidad, Rmo. P., de ofrecer mis respetos a Ntros. Rmos. y poner estas cosas en su conocimiento. Siento imprescindible tomar Igualada; mañana mismo tomaremos posesión de aquel Convento: de allí esperamos vocaciones catalanas. Por lo demás, todo va muy bien, no hay día que no se reciba algún consuelo. La paz va sucediendo ya a la perturbación, porque algún que otro díscolo que queda es aislado y de poco monta. Castigados PP. Fidel y Francisco, de Aragón, y si persisten expulsados, todo quedará bastante bien, porque en todos hay una buena voluntad admirable. (Autógrafo) Mille respects et excuses de ma maniere de communiquer ces cho­ ces aux Rmes. P. General et Proc. Gen.; ma santé et travail sont una justification. Que tous me benissent undequaque. Votre serv. in Xto. et B. M. V. Fr. J. Calasanz. (Arch. Gen. - 6. 62. Hispania). * * * * [CARTA DEL P. CALASANZ DE LLEVANERAS AL NUNCIO EN ESPAÑA (11 noviembre 1893)] [APCV 0 3 0 /2 /e ] J. M. J. Fr. (Reservada). Excmo. e limo. Sr. Dr. D. Serafín Cretoni, Arz. de Damasco, Nuncio Apostólico de Su Santidad cerca de Su Majestad Católica. Excmo. e limo. Sr. y Padre veneradísimo: Tengo el triste deber de comunicar a V. E. I. que como podía fácilmente pre­ verse el Seráfico Padre San Francisco ha hechado [sic] del seno de su familia Capuchina a los principales religiosos nuestros que con sus rebeldías han causado numerosa amarguras a sus dignos Superiores generales, Provinciales y locales, y han motivado no pocos disturbios entre sus hermanos, a quienes con calumnias y sofismas y capciosas palabras y escritos procuraron engañar y hacerles ciego e iluso instru­ mento de sus conspiraciones y sacrilegos hechos contra las autoridades de la orden.

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