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Los Capuchinos en laPenínsula Ibérica cionadas en los fuertes africanos de Peñón de la Gomera y de Melilla (cf. Valencina, III, 347-356). En la Guerra de Suce­ sión (1701-15) los capuchinos, seguidores unos del archidu­ que de Austria (Cataluña, Valencia, Aragón) y otros (Castilla y Navarra?) de Felipe de Anjou, prestarían sus servicios en la facción preferida. 582. La guerra de 1793-1794 contra la Francia revolucio­ naria fue considerada como guerra santa o de religión, cómo lo atestigua la obrita del Bto. Diego El soldado católico en gue­ rra de religión (Madrid 1794) y algunos sermones del P. San­ tander. Todas las provincias capuchinas fueron generosas en ofrecer sus servicios. No menos de 45 religiosos de la provincia de Navarra sirvieron en los hospitales de campaña, diez de los cuales murieron. De la provincia de Cataluña se ofrecieron 67 religiosos, distinguiéndose Félix de Urgel, que incluso llegó a formar y mandar un destacamento y Bartolomé de Olot (+ 1816), animador de la resistencia catalana. De Castilla, a petición de Carlos IV, fueron destinados 12 sacerdotes, 12 her­ manos no clérigos y 14 donados para asistir a los soldados enfermos y heridos en Figueras. 583. La guerra de la Independencia puso en pie todas las provincias capuchinas, que ofrecieron no sólo capellanes sino también combatientes de primera línea y guerrilleros. En Castilla, se distinguieron en la lucha contra el invasor Julián (Mendieta) de Delica, que organizó una guerrilla, y Daniel de Manzaneda; Gaspar de San Torcuato era capellán del regimien­ to de Valladolid en 1809; Lorenzo de Villafranca asistió a la batalla de Medellín (28 marzo 1809) y, junto con otros capu­ chinos, atendió a los heridos y dio sepultura a los caidos. En la provincia de Cataluña se distinguió Baudilio de Samboy, creador y jefe de los Somatenes para rechazar al enemigo; hecho prisionero por los franceses, fue liberado y honrado pú­ blicamente; Vicente de Barcelona (+1833) asistió a la batalla de Bruch. Caso curioso fue el del siervo de Dios Miguel de Sarriá (+1810 ), ante cuyo cadáver rindieron guardia los sol­ dados franceses durante tres días. En la provincia de Valencia 302

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