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Los Capuchinos en la Península Ibérica ción jurídica, en que lo que menos interesaba era el texto de la Regla. Y se puede decir que a eso y a la lectura de las Crónicas se reducía toda la espiritualidad franciscana suministrada a los novicios. 275. La misma perspectiva exclusivamente moralista, sin inspiración bíblica ni franciscana, aparece en la presentación de las obligaciones generales de la vida religiosa, en especial de los tres votos: cuándo se peca contra el voto y cuándo contra la virtud, relación entre voto de pobreza y permiso del supe­ rior, obediencia material y obediencia formal... Los novicios debían pedir permiso para todo, sin obrar por cuenta propia ni aun en cosas insignificantes, como beber agua, cortarse las uñas... 276. La formación propiamente espiritual era seria, a juz­ gar por el Modo de bien obrar de Pedro de Aliaga, maestro de novicios de la provincia de Aragón, publicado por primera vez en 1684 y varias veces reeditado, y por la Enseñanza práctica de la vida espiritual de Buenaventura de Manresa, maestro de novicios de Cataluña (Barcelona 1693), que depende en gran parte del anterior. Son bellos tratados ascéticos, que resumen con claridad de conceptos la doctrina espiritual corriente. El fin es introducir a los novicios en la práctica de los medios de santificación por el método más sencillo posible. 277. La perfección, enseña Pedro de Aliaga, no consiste en llevar una vida en sí perfecta, sino en vivirla bien, no en hacer muchas obras, sino en hacerlas bien. Lo importante es “ obrar lo que Dios quiere y como Dios quiere”. Es el objeto de todo el libro. Insiste en esa disposición de buscar la voluntad de Dios y estar pronto a realizarla. Principio general, que parece estar inspirado en Alonso de Madrid: obrar en amor, por amor, con amor, con unión y con deseos . Pero semejante modo de obrar requiere lucha y purificación constante de toda inclina­ ción desordenada. En los veintiocho capítulos de su obra lleva como de la mano al novicio, con orientaciones precisas y jugo­ sas sobre la manera de realizar las obras con perfección, inter­ 166

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