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1 er CENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE I,A PROVINCIA CAPUCHINA DE ANDALUCÍA ( 1898- 1999) medios, proponiéndole la adquisición del convento para luego ceder el usufructo a los capuchinos, conservando él la propiedad y así la Orden lo miraría como “fundador”. En septiembre de 1877 estando el P. Pedro de Castejón en Sanlúcar predicando el septenario de la Virgen de los Dolores, se hizo la com­ pra. Don Andrés de Hoyos colaboró comprando, por su cuenta parte del terreno colindante. En las fechas siguientes el conde de Aldama y el Sr. de Hoyos, propor­ cionaron vivienda a las familias que ocupaban el convento y en pocas semanas estuvo preparado el edificio para ser habitado por los religio­ sos. El 26 de septiembre el P. Esteban y el P. Pedro, regresaban en un vaporcito para Sevilla. Estando sobre la pasarela del barco ambos re­ ligiosos, ésta se desprendió y los dos cayeron al agua. —“No fuimos al fondo porque los hábitos nos detuvieron” -escribió el P. Esteban en su Cuaderno IV de Apuntes-. Le ayudaron a salir los marineros. Cuando el P. Esteban sacó la cabeza del agua dijo a su compañero: —“¡Padre Pedro, aún vivimos, y aún hemos de hacer guerra al diablo!”, -cuenta el P. Gumersindo de Estella en su Historia y empresas apostólicas del Siervo de Dios P Esteban de Adoa in - El capitán les cedió su camarote mientras se secaban sus ropas junto a la máquina. Hicieron noche en el Semi­ nario de Sevilla y prosiguieron viaje a Antequera. El 28 de noviembre, con cinco religiosos más, salió de Antequera el P. Esteban para la fundación de Sanlúcar. El 28 desembarcaron en el puerto de Bonanza, donde les esperaban el clero y el ayuntamiento. Entrada triunfal, calles engalanadas. Cerca del convento se unió a ellos el P. Comisario Apostólico, venido para esta ocasión. El 30 se cantó una misa con orquesta asistiendo el obispo americano de Pitts­ burgh y el obispo de Cádiz Fray Félix Arriate que predicó. Después se sirvió a obispos, clero y bienhechores una sencilla comida. A mediados de diciembre llegaron el P. Pedro de Usún, con cuatro religiosos más que, junto a algunos novicios y “muchos pretendientes”,

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