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1ERCEN TEN ARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA PROVINCIA CA PU CH IN A DE AN D ALU CÍA ( 1 8 9 8 - 1 9 9 9 ) Pedro, fue un niño jovial y alegre, de vida piadosa cuyas virtudes aprendió en el seno de un hogar cristiano, su infancia transcurrió serena, como uno de esos innumerables arroyuelos que corren escon­ didos por entre las laderas de las montañas. Entre el aprendizaje de las primeras letras, los juegos infantiles, la catequesis, las visitas a la iglesia parroquial, el ir y venir por las empinadas calles del pueblo, las salidas al campo con los demás niños de su edad, pasaron aquellos dorados 13 primeros años de su vida. Hasta que un día... VOCACIÓN RELIGIOSA Fray Bernardo de Feria es un venerable hermano, nacido en 1854, que hizo su noviciado en Sanlúcar de Bda. siendo compañero del P. Ambrosio de Valencina y Fray Rafael de Paradas. Desempeñó casi siempre los cargos de limosnero y portero, edificando a todos por su exquisita caridad, su gran amabilidad ysu afabilidad de trato. Su mirada profunda, sus largas y blancas barbas, su caminar sosegado y tranquilo, le daban un aire de venerable que hacían de él un fraile de florecillas, querido y admirado. Apenas abierta la Escuela Seráfica en Antequera, tras la Restauración, el P. Bernabé de Astorga lo asigna como hermano ayudante del Cole­ gio y, al mismo tiempo, limosnero del convento. Trabajará incansable­ mente por los futuros ministros del Señor. Años atrás la figura del hermano limosnero capuchino era una figura entrañable por los pueblos de nuestra geografía. Su sola presencia por las calles con el hábito rudo, pies descalzos, larga barba, era todo un icono, arrancado del álbum de las más puras litografías de la orden. Su corazón lleno de bondad y serenidad, mendigando de puerta en puerta, se llevaba los dolores y amarguras de las familias, que luego él puntualmente descargaba en el corazón del Creador, a cambio de aceite, garbanzos...

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