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CAPITULO IV La Cofradía de Nuestra Señora de Lourdes. Es un hecho innegable que la devoción a la Virgen de Lourdes, extendida hoy por todo el Archipiélago Filipino, tuvo su origen en la humilde capilla de los PP. Capuchinos de Manila. Ellos, como fieles seguidores de San Francisco, apóstol de la Inmaculada, hicieron su entrada triunfal en Filipinas, envueltos en los pliegues blanco-azules del manto de la In– maculada de Lourdes ; ellos fueron los iniciadores primero, y luego sus más fervientes propagandistas, por medio del culto tributado a María en la capilla de Manila, y por me– dio de la Cofradía de Lourdes, extendiéndose así su radio de acción hasta poner todo Filipinas a los pies de la Imnacu– lada. No negaremos, que antes de venir los PP. Capuchinos, fuese conocida esta devoción en Manila ; mas éralo de muy pocas personas, ilustradas por lo común, que leían libros y revistas que venían de Europa, sin que el pueblo, como tal, llegara nunca a enterarse bien de los encantos y gracias es– pirituales de esta devoción. 52

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