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BIENVENIDO DE ARBEIZA aquella memorable cuestión sobre las escuelas privadas, que mantuvo en tensión durante casi tres meses a la Cámara de Diputados y a la opinión pública. En ella tornaron parte figuras prestigiosas de los centros docentes de Manila, y entre ellas no dudamos en colocar al batallador P. Cesáreo de Legaría 9 • 9. Según una entrevista publicada por un periódico de Manila habida entre el P. Cesáreo y uno de los redactores, al preguntarle éste si temía ir a los tribunales (por haber acusado al Vice-Gobernador y señora), con– testó muy resuelto el P. Cesáreo: "Tribunales, cárceles, castigos... nada de eso me importa; además otros muchos me han precedido. Y ¿si llegaran a desterrarlo de Filipinas?, insinuó el periodista. "Tam– poco me importa el destierro, contestó prontamente el P. Cesáreo, pues como sacerdote católico no tengo patria ...o mejor, mi patria es el mundo entero. Id por todo el mundo, dijo Cristo a sus discípulos". 286