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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS Congregación Cons:storial y posiblemente al Provincial de Cataluña proponiendo el siguiente arreglo: I) que el nue– vo Vicariato de Bluefields en Nicaragua se dé a la Pro– vincia de Cataluña; z) que el Vicario de Guám pase con todos sus misioneros a este llliGVO Vicariato de Bluefields y 3) que el Vicariato de Guám pase a la Provincia de Na– varra (la cual hacía dos años había pedido una misión). En efecto, así sucedió. Poco después escribió el Rvmo. P. Angel de Villava al Provincial de Navarra: "Se ha decidido que (también) la misión de Filipinas pase a la Provincia de Navarra". Y así Navarra se encargó de ambas misiones, enviando pron– tamente personal tanto a Guám como a Filipinas. Alegrías y duelos El insigne escritor filipino, don Manuel Rávago, se ex– presaba así al hablar del cambio de religiosos en la Misión de Filipinas. "Grandes alegrías y tristísimos duelos se han registrado en el pasado mes de febrero en una casa religiosa de esta capital, donde mora una observantísima comunidad y don– de el público acude con singular complacencia. Nos refe– rimos a la comunidad de los PP. Capuchinos que edificada tienen a toda Manila por su observancia y su celo, por su fervor y su exquisita cortesía. "Pues bien, allí, en esa casa donde se respira tan deli– cado perfume de piedaa, es donde el pasado mes de febre– ro se han registrado esas exultaciones memorables y esas tristezas deprimentes. "Por de pronto, a la cuenta de los gozos hay que ano– tar los muchos y purísimos que habrán salteado el espíritu de aquellos buenos Padres, al ver el fervor creciente, en- 225

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