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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS Desde ese mismo punto de vista miraba Inglaterra las Islas Carolinas, y dándose cuenta de esa importancia geo– gráfica, algunos españoles habían instado al Gobierno, a llevar cuanto antes a efecto la colonización de dichas Islas. Por desgracia el Gobierno español, dividido por la lucha continua de los partidos políticos, había perdido todo interés e iniciativa por el gobierno colonial; desoyó tan justificadas insinuaciones, hasta el 3 de febrero de I885 en que, temien– do un atropello inminente, despachó a toda prisa para Ca– rolinas el personal necesario para establecer allí un gobierno político y militar. Pero ya era tarde, pues cuatro días des– pués, la cañonera alemana se interpuso y, ante el peligro de una seria complicación con la prepotente nación alema– na, los españoles, incluyendo los misioneros, decidieron vol– ver a Manila, no sin presentar antes una fuerte protesta por escrito al Comandante de la cañonera alemana. Intervención de León XIII. A Bismark que, después de algunos choques serios con la Santa Sede, buscaba un acercamiento diplomático, le vi– no bien este incidente para ofrecer al Papa León XIII el papel de mediador, el cual fue admitido con gusto por el sabio Pontífice y también por la nación ofendida, España. La proposición del Papa a ambas Naciones contenía los siguientes puntos: I. Se afirma la soberanía de España sobre las Islas Ca– rolinas y Palaos. z. El Gobierno español, para hacer efectiva esta sobe– ranía, se obliga a establecer, lo más pronto posible en dicho Archipiélago una administración regular con una fuerza su– ficiente para garantizar el orden y los derechos adquiridos. 19

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