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KA N S U 27 las barcas, y nos juntamos a una gran caravana de arrie– ros kansuanos, que nos estaban esperando. Bajo su ex– perta dirección salvamos felizmente los ventisqueros pe– ligrosos de las montañas del Shensi, y arribamos a Tsin– chow el 2 de febrero de 1928. La travesía de"Shanghai a Tsinchow, centro de nues– tra Misión, nos había costado cerca de 130 días; y desde Pamplona seis meses largos. Dramática peregrinación que solamente los Misioneros son capaces de realizar por un ideal puramente espiritual. Mientras nosotros nos preparábamos para empezar el ministerio, un nuevo y valioso voluntario pedía con in– sistencia su envío al Kansu; quería juntarse a aquel gru– pito de valientes para trabajar en la heroica empresa de evangelizar la región más pobre de China: era el P. Fer– nando de Dima. Superior y Párroco de Nueva Pompeya en Buenos Aires, y consejero de la Custodia de Argentina– Chile (hoy Comisariato), depuso ante el P. Provincial todos sus cargos y partió solo para la misión. El viaje por el interior de la China lo hizo confun:. dido con una caravana de carreteros y camelleros, sin saber la lengua y aislado de ellos, recelosos y hasta mo– lestados por la presencia de aquel misterioso extranjero. Eramos ya 8 Misioneros, distribuídos todos en la re– gión de Pingliang, parte Oriental del Kansu. Con este territorio de 54.000 kms. 2 proyectaba el Ilmo. Vicario Apostólico formar la nueva Prefectura que iba a ser en– comendada a los Padres Capuchinos de la Provincia Ca– puchina de Navarra-Cantabria-Aragón. - El 1929 el P. Gregario de Aldaba fué nombrado Vi– cario Foráneo de toda la región de Pingliang. Era el pri– mer paso hacia la nueva Prefectura.