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juventud. Le tocó ir al servicio militar, que prestó en Santoña (San– tander); pero t ampoco alli cambió lo más mintmo su conducta y su manera de apreciar las cosas terrenas. Con frecuencia se acercaba al convento de Capuchinos de Montehano, no lejos de Santoña, en– contrando alli ambiente acomodado a sus devotas inclinaelones y modo de enfocar la presente vida. Terminados los compromisos para con la Patria, pensó imitar el ejemplo de los tres hermanos, que ya le habían precedido en la vocación religiosa. No tuvo grandes dificultades para ser admitido en el claustro seráfico, ya que los Superiores conocían toda la fami– lia de Bernardo y el buen comportamiento de sus hermanos religio– sos. Por eso, el día 2 de mayo del año 1920, es decir, a la edad de veintisiete años no cumplidos, vestía el hábito capuchino en Bilbao, tomando el nombre de fray Eustaquio de Villalquite. al mismo tiem– po que dejaba el de Bernardo Joaquín Cembranos Nistal. (Acta de vestición.) No encontró, ciertamente, fray Eustaquio la vida religiosa de manera distinta a como él se la había imag.\nado; vida de oración y de trabajo para los que, ·como él, ingresaban en la Orden en el humilde estado de hermanos legos. Piadoso y amante de la oración lo era ya antes del ingreso en el noviciado. Hijo, por otra parte, de labradores, estaba muy acostumbrado desde pequeño a las duras faenas del campo. Por eso contempló la vida religiosa como algo que plenamente colmaba sus aspiraciones, viviéndola en su totalidad íntegramente. «Yo conocí al hermano fray Eustaquio de VHlalquite durante su afio de noviciado en Bilbao, y pude apreciar que era muy bueno, virtuoso, piadoso, sencillo, trabajador y abnegado.~ (Padre Dámaso de Gradetes.) «Yo fui compañero de noviciado de fray Eustaquio de Villalquite. Fué en el noviciado muy sencillo, piadoso y trabajador, razón por la cual el padre maestro de novicios mucho le apreciaba.» (Padre Enrique de Cevico.) La comunidad unánimemente pensó lo mismo sobre el compor– tamiento del novicio, pues en las tres votaciones a que fué sometido en orden a su admtsión para la profesión religiosa, obtuvo todos los sufragios favorables, consagrándose al Señor el 6 de mayo de 1921, e hizo la profesión solemne el 11 de mayo de 1924 en el convento de Vigo. (Estadística oficial de la Provincia.) Fray Eustaquio estuvo además en Montehano y Salamanca, en donde «fué muy duramente tratado habitualmente por el reverendo padre guardián, dureza que él supo llevar con humildad y tranqui– lidad de ánimo. Apocado de carácter, tal vez el trato duro lo acen- 343

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