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avanzaba el tiempo de su formación religiosa en el jardin seráfico.• (Padre Lorenzo de Qutntanilla.) La comunidad del convento de noviciado advirtió las buenas prendas y la recomendable conducta observada por el novel novi– cio. Por eso, en la triple votación a que hubo de someter a fray Eu– seblo para decidir si podía emítir los votos o volver al siglo, siempre obtuvo favorables todos los sufrag.ios. Por lo mismo, el 2 de febrero de 1908 hizo la profesión simple, y el 28 de febr·ero de 1915, la pro– fesión solemne. (Actas de profesión.) Después de consagrarse al santo servicio prestó diligentem~mte sus buenos oficios en varios conventos, especialmente en el de San Martin de Trevejo (Cáceres), en el de León y en el de Vigo, sin aflojar en la trayectoria inic~ada en el noviciado, aunque de salud muy delicada. «Fray Eusebio era de muy delicada salud, padeciendo especial– mente del estómago y de anemia general, enfermedad que él llevaba con mucha resignación y conformidad con la voluntad de Dios. Era religioso fervoroso; rezaba y oraba mucho, ya que no podía dedi– carse mayor cosa a los trabajos manuales debido a su enfermedad. En el trato era sencillo, comunicativo, y stempre le vi muy espi– ritual. Enfermo y todo, designado para ir a nuestras misiones de América, allá fué. Yo era entonces hermano donado, y ya noté que era buen religioso, pues me daba muy buen ejemplo y saludables consejos.>> (Fray Egidio de Villahibiera.) IV El siervo de Dios, en América.--Salud precarig..-Vuelve a España. No sé qué verían los Super}ores en fray Eusebio, pues, a pesar de su poca salud y no obstante ser poco emprendedor, le destinaron a nuestras misiones de Venezuela, Pu~rto Rico y Cuba. Efectiva– mente, el 21 de junio de 1919 se embarcaba en el puerto de La Co– ruña, rumbo a aquellas apartadas tierras precisamente, según dice el padre Buenaventura de Carrocera en su obra Los mártires Capu– chinos de la PrOVincia deo Castilla, en ocasión en que se tramitaba la fundación de una nueva casa en Cruces, provincia de Santa Cla– ra. Allá fué destinado fray Eusebto, y con los padres que fueron a tomar posesión de aquella parroquia llegaba también él, único her– mano que por entonces se pudo enviar. «No son para dichos los trabajos que tuvo que realizar e inca- 294

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