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después vino también a predicar en la fiesta Sacramental en el mes de julio del año 1936. Después estuvo varios días en mi casa; y como la co~a se puso muy negra después del Alzamiento Nactonal, se le aconsejó, para mejor salvar su vida, que fuera a ocultarse en casa del vecino don Diego Cuervo, y allí permaneció hasta que le lleva– ron preso a la iglesia de Candás. El padre Domitilo, durante las dos veces que estuvo en mi parroquia, se portó como buen religioso: era casi un niño en el trato, muy sencillo y piadoso. En cuanto a ejercer los ministerios, tenía verdadero celo apostólico y espíritu de abne– gactón. Daba muy buen ejemplo a los feligreses con su buen compor– tamiento, y estaba dotado de grandes cualidades oratorias, que él aprovechaba para bien de las almas.» (Pb.'tro. don Jenaro García Fer– nández.) <'Conocimos y tratamos íntimamente al reverendo padre Domitilo de Ayóo, religioso Capuchino del convento de Gijón. La ocasión de conocerle fué que le oímos varias veces, predicando una misión en Bañuegues, y más tarde, porque vino a pedicar otra a nuestro pue– blo, con el padre Ildefonso de Armellada; después porque también vino a la fiesta Sacramental; entonces estalló el Movimiento Na– clone!, y las cosas se pusieron muy malas, y no pudo volver al con– vento de Gijón. Pasó algunos dias en casa del señor cura, don Jenaro García Fernández. Pero temiendo el señ.or cura por la vida del padre y por la suya propia, nos rogó que le admitiéramos en nuestra casa, como así lo hicimos con el mayor gusto. La permanencia del padre DomitHo con nosotros, fué los últimos dias de julio y los primeros de agosto. En nuestra casa estaba también Pepin Elena Herrero, quien le acompaña:ba a la iglesia, a donde el padre Domitilo iba a decir misa, mientras no la cerraron los marxistas. Los días de fiesta y el día de Santiago predicaba al pueblo. En la predicación de la fiesta Sacramental del dia diez y ocho de julio, al empezar el sermón, dijo: cEspaña está atravesando un momento de peligro; es necesario que pidamos por España.» Un americano que estaba en la iglesia, dijo: eSe ha metido en politica.» Lo cual era pura mentira.» (Fami– lia Cuervo, de Bocines.) «En el pueblo de Bocines conocí al padre Dornitilo, con motivo de la fiesta Sacramental, en la que predicó y yo asistí. Fué nuestro en– cuentro en los dias del Alzamiento Nacional de 1936. Estando las cosas sumamente graves, nos pareció que debíamos quitarnos el traje talar y vestirnos de paisanos, porque ya habían empezado los pe– ligrosisimos registros. Esto se lo indicamos con inSistencia al pa– dre Domitilo, para que él también se quitara el hábito, tanto más cuanto que ya tenía traje de paisano en la maleta. Pero él contesta- 264

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