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admitido a la profesión rellg1osa, que él emitió el 15 de agosto del año 1919, justamente diecisiete años antes de ofrecer el sacrificio de su sangre y de su vida en homenaje y holocausto a la Santísima Trinidad., (Acta de profesión.) «Después de la profesión fué enviado a los Colegios Mayores para cursar los estudios filosóficos y teológicos por esp~io de siete años. Durante ese lapso de ti,empo aumentó en el siervo de Dios el sentido de la responsabilidad, lo mismo en el esfuerzo para el desarrollo de la Vida divina en su alma que para la adquisición de las ciencias, de tal suerte que en todo momento sumamente se cifíó al cumpli– miento del deber y a la exacta observancia de las leyes de la Orden, no tratando de trampear o de ir pasando, como suele decirse, sin() que llevaba verdadera vida rellg.iosa y espiritual, procurando su per– feccionamiento integral con sumo interés., (Padre Enrique de Ce– visco.) «Un director del Colegio, siendo fray Alejandro estudiante de Sa– grada Teología, da de él brevísimo, pero significativo testimonio : «Siendo director del Colegio tuve como dirigido al padre Alejandr() de Sobradillo. Desde esa temprana edad se mostró como religioso de mucha conciencia, con deseo sincero de santificarse y perfecto.» (Padre Pacífico de Mellanzos.) «Asegura un condiscípulo del siervo de Dios que todo el tiempo de los estudios se distinguió particularmente por la observancia re– gular, esforzándose por cumplir cuanto estaba ordenado en nuestra legislación, sin dar oídos a la voz del respeto humano, ni atemori– zarse por las criticas o censuras de alg.unos de sus compafieros. Era alegre y divertido en los recreos. Llevaba con santa conformidad las inclemencias del tiempo y las privaciones inherentes a nuestra vtda religiosa. No era partidario de sostener disputas acaloradas ni tomaba parte en conversaciones de censura o critica particularmente referente a los Superiores., (Padre C. de Escalante.) «Estudiaba el siervo de Dios la Sagrada Teología en ocasión en que otro estudiante, por motivos de conciencia muy respetables, ha– bía resuelto irse de la Orden. Pero él mismo cuenta que percibía las virtudes en fray Alejandro de una manera tan viva, que siem– pre depositó en él toda su confianza. Y asi, cuando le ocurrió dejar el instituto religioso, aun cuando esto no se divulgaba en el Colegio ni se tenía noticia de ello hasta después que se marchaba el inte– resado, no le pareció correcto el irse sin decírselo a fray Alejandro, y se resolvió a hac,erlo, porque sabía con seguridad que estaba tan afianzado en la vocación, que su salida no le servtria de escándalo ni la causaría mengua en la misma. Al comunicárselo se echó a llorar el devoto estudiante, tratando de disuadirle, haciéndole ve-r 204

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