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después ya estaba de paiSano. Ordinariamente lo encontré muy tranquilo y resignado, aunque a1g.una vez también se impresionaba cuando yo hablaba con él, y derramaba alguna lágrima. Decía que había que conformarse con la voluntad de Dios, y que si los mataban había que 1resignarse a las dísposi<!iones divinas. Cuando iba a lle– varle las cosas al padre Ildefonso, los primeros días me dejaron ha– blar con él, y también se acercaban otros religiosos Capuchinos, al– gunos vestidos de hábito los primeros dias, como el padre Ildefonso. Tamb-ién hablaron algunas veces conmjgo; tres o cuatro, además del padre Ildefonso, vi en la Residencia-prisión. Después que los llevaron a la iglesia de San José, el día 14 de agosto los mataron, llevándolos al pueblo de Tremanes y a Jove.> (Antonia Suárez.) VI Hacia el calvarto.-Testimonio oficial de la muerte. Después del martirio.-Hacia la bef,Ltificación. Quiero recordar ahora lo que ya dije al consignar algunos datos del siervo de Dios padre Berardo de Visantoña, y es que, como él, forma el padre Armellada parte de los márti·res Capuchinos de As– turias. Por eso, cuanto he escrito del padre Arcángel, no personal suyo, se debe aplicar también a los otros compañeros de martirio. De consig.uiente, sólo recuerdo ahora en pocas lineas cómo el padre Ildefonso, el día 14 de agosto fué sacado violentamente de la iglesia de San José, de Gijón, y llevado, entre la insultante gritería del populacho, al cementerio de Jove, y allí, después de haber dado testimonio de su fe con un viva a Cristo Rey y otro a Cristo Reden– tor, aceptó generosamente el sacrificio de su vida, segada por las ametralladoras manejadas por el odio satánico del comunismo ma– terialista internacional. La muerte violenta del padre Tidefonso fué oficialmente reco– nocida con el nombre suyo secular, como lo prueba el documento que a continuación copio: «Don Luis Cabeza Garcia, secretario del Juzgado de Instrucción número 1, de Gijón.-Certifico: Que en el legajo obrante en este Juzgado con motivo del levantamiento de cadáveres de esta villa, durante la pasada guerra de Liberación, obran en la diUgenc~a de fecha catorce de agosto de mil novecien– tos treinta y seis los asientos siguientes: Segundo Pérez Arias. He– rida por arma de fueg.o en la región temporal izquierda, con salida por la parietal derecha. Muerte por hemorragia cerebral.> Las tres lápidas erigidas en recuerdo y como homenaje a la me- 1.12

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