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padre Fernando, logrando 'POr su intervención hacer un aterrizaje que, según los técnicos, aun en las condiciones más normales y fa– vorables, seria dificilísimo realizarlo. Todo lo cual hicieron público ante los muchos amigos que les esperaban cuando llegaron al Aéreo Club ... José OlmedO.» «Te suplicamos, padre Fernando de Santiago, que estás cerca de Dios Nuestro Señor, que nuestro hijo viva y que conozcamos a la mayor brevedad su posible paradero, y te prometemos dar cuenta del milagro. Ruégale a Dios que nada le falte.-Limosna para el pro– ceso del padre Fernando de Santiago, que nos ha alcanzado la gracia de encontra,r a nuestro hijo Fernando. Mil pesetas.» En el cepillo de gracias y limosnas se ha encontrado esta súplica y la gracia que se le atribuye al siervo de Dios en distintas fechas, juntamente con la limosna ofrecida de mil pesetas. No hay firma. En las reuniones que las Conferencias de San Vicente de Paúl celebran periódicamente en la ciudad de Pontevedra, donde el padre Fernando tanta caridad y celo apostólico desplegó siendo seglar, se pide su beatificación juntamente con la oración que se venía re– zando por la de Federico Ozanán, fundador de las Conferenctas de San Vicente df! Paúl, modificándose la súplica en la forma siguiente: «¡Oh Dios, que infundisteis el amor a los pobres en el corazón de Federico Ozanán, inspirándole la fundación de una sociedad para el alivio de las miserias espirituales y co1.1porales de los menesterosos, la cual propagó fray Fernando Maria de Santiago eon fervoroso celo hasta el momento de su heroica muerte! Dignaos bendecir esta obra de caridad y apostolado, y si entra en Vuestros designios el que '1/Uestros siervos Federcio Ozanán y Fernando Maria de Santiago sean glorificados. por la Iglesia, os suplicamos que por medio de favores celest!ales manif.estéis el valimiento que alcanzan cerca de Vos. Por Jesucrfisto Nuestro Señor. Amén.» (José Olmedo.) El proceso ordinario informativo de beatificación del siervo de Dios padre Fernando se tramita conjuntamente con el del padre Andrés de IPalazuelo y otros compañeros mártires Capuchinos; va muy adelantado, y esperamos que cuando salgan de la imprenta estas páginas haya sido ya entregado a la Sagrada Congregación de Ritos. Que el Señor escuche nuestros deseos y los de tantas perso– nas devotas del padre Fernando de Santiago. 104

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