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116 ANUARIO M.ISIONAL algún Ropero... y aquella-exposición les hablaba de algo propio... de una cosa muy íntima. Las Socias de nuestros Roperos se quieren, se aman: y de ese mutuo amor brotaba la alegría, el murmullo creciente de jóvenes que se apuran por hablar en tropel , para exponer nuevas ideas, nuevas orientaciones, nuevos trabajos. No les falta a nuestros misioneros del Kansu la prueba de la abnegación que por ellos sienten tantas almas misioneras. Los que en el día W de agosto se despedían, pudieron ver concretado ese cariño, ese desinterés, ese sacrificio, que las Socias de los Roperos Misionales pro Kansu les patentizan con los obsequios trabajados en sus Roperos, y cuyas distintas exposiciones han sido premiadas con los más sinceros elogios. Los que partfan para el Kansu bien grabadas llevan estas notas de sim– patfa, que cada socia les expresó rei– teradamente: Oración; para no olvidarles en ella nunca: abnegación; para correspon– der a las múltiples necesidades, que les expongan: s acrificio; para satis– facerles en sus peticiones, a costa de sus p ropias cosas. Tres notas, que encierran todo el ideal y todo el programa de nuestros tan ·queridos Roperos Misionales •pro Kansu>. El triduo rois ional:-No es posible pasar en silencio este so· lemne triduo misional, que tanto contribuyó a enardecer los ánimos y enfervorizar el entusiasmo que en el día 26 atónitos contemplá· bamos. El M. R. P. Serafín de Tolosa, Director del Ropero Misional con sus fervientes meditaciones durante la misa de comunión gene– ral; y el R. P. Isidoro de lturgoyen con sus magistrales discursos en la función de la tarde, fueron lo~ principales agentes, que con· tribuyeron a la brillantez de estas fiestas. El primero con su palabra envuelta en la elegancia un tanto modernista de revestir sus ideas con cierto atrayente romanticismo, el segundo con su elocuencia más templada y reposada; el primero con sus charlas rápidas fervorosas, buscando en ellas el punto deli· cado y emocionante del más sensible misticismo, que conmueva al

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