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ANUARIO MISIONAL 115 era la nota cumbre de la alegria y del buen humor de esas Socias del Ropero que ljmables y bondadosas allí pasaban el dla, acompa– i'fando a los visitantes, atendiendo a cuantos se acercaban, explican– do a todos, el fruto riquísimo recogido en el pequeilísimo taller del Ropero Misional de S. Antonio de Padua, que hoy les parece tan milagroso como su mismo Santo Protector. No les ha faltado el estimulo y el aplauso. Todo lo merecían, las que trabajando calladamente por las mi– siones, daban a los excursionistas, veraneantes y gentes extrañas de la ciudad, el valor incomparable de bien y de bondad, que resi· de oculto en la capital, tantas veces desprestigiada por los que en ella no buscan más que el juego, la div~rsión, y el placer. Una nota simpática, digna de mención en esta Crónica, fué para las Socias del Ropero de San Antonio, la visita que grupos de Socias de nuestros diversos Roperos de Estella, Villava, Alsá· sua etc, hicieron a la Exposición. La amistad entre todas las cooperadoras misioneras, quedaba doblemente estrechada. Allí, en medio de aquellas aglomeraciones de los que entraban y sallan, se notaban grupitos que entre el comentario obligado y Ja charla rápida, alegre, chispeante lo llenaban todo. Eran Socias de P1mplon1.-Un de!Blle de la exPosición que los Roperos M. de E.tell• y~Víllava presentaron en el mes de Abril en los recibidores del Convento de Capuchinos

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