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160 ANUARIO ~llSIONA~ se lanzaban a un mundo desconocido, y lleno de toda clase de peli– gros. Honor a los valientes! Mil plácemes a ellos, con el aplauso más sincero y caluroso a los que abrieron y señalaron la ruta de un camino de sacrificios, cuyas huellas no se borrarán, pues por ellas seguirán animosos y decididos nuevos apóstoles de Cristo, abande– rados de la Cruz, que se enardecen y entusiasman ante el peligro, como el soldado pone de relieve todo su valor en las horas más di– ficiles del combate. La despedida A los ardientes anhelos de los nuevos misioneros correspondió la actividad por ellos desplegada para preparar Jos detalles de un Valientes, decldJdos, con ta soarlsa def> triunfo en sus semblantes los Padre Andrés y Gregorlo se lanzan a un nuevo campo de Apostolado. viaje, en el que tendrían por gulas la experiencia de Jos PP. Alema– nes, quienes les servirían a la vez de maestros en Ja nueva empre· sa, a la que ellos con tanta decisión se lanzaban. El día 22 de Agosto de 1926, en la Iglesia de nuestro Conven– to de Pamplona celebraban solemnemente su despedida: esa despe– dida siempre rica en emociones, pero que en esta ocasión encerra– ba un rasgo de emoción más delicado y sublime, al verlos partir hacia un mundo nuevo, y hacia una vida nueva, en la que se pre– sentía con la distancia de la separación las amarguras de su destie– rro voluntario, las privaciones de la vida, la pobreza sentida en su

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