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134 ANCAtUO MISIONAL. un solo sacerdote. El Arzobispo Sr. Femández Peña, que aprecia– ba mucho al Padre Prefecto, concedióle sin dificultad, la casa e iglesia; y púdose f.,rmar una comunidad de diez Padres y un Her– mano que realizaron una labor espiritual intensa con gran acepta– ción del público. Pero no gozaron mucho tiempo de paz. En Octubre de 1848 se posesionó del ministerio d:,:l Interior y Justicia el revolucionario D. Leocadio Guzmán, creador y jefe del partido liberal y director del periódico eEl Venezolano• órgano delas izquierdas. Dicho señor, que en marzo del año anterior habla estado condenado a muerte, no po– día tardar en cumplir su programa y sus compromisos. El día 1 de Febrero del 49 publicó el decreto de expulsión de Capuchinos citando no– minatirn a los que vivían reunidos en San Felipe, no concediéndoles más que tres dias de plazo para abandonar ef terri– torio nacional. La peque– ña Comunidad compo– níase de los Padres Adoain, Galdácano,Her– nani, Ayegui, Ugar, y el Hermano Francisco de ldoiy, más cuatro Padres de diversas Provincias de España. Todo el pú– blico de Caracas protes– tó contra tan injusto de– creto. Y el cónsul espa– ñol D. Juan Muñoz pre– sentó en el ministerio de Padre Ramón de Murl•ta Estado una nota exi- giendo la explicación de las causas de tal determinación contra súbditos españoles. Con esto, el decreto quedó incumplido. Pero continuaban Jos vejámenes contra la Comunidad. Por lo cual el P. Murieta comisionó al P. Adoain para que fuese a Cuba a preparar una residencia para re– fugio de los Capuchinos de Venezuela, que no regentabim parro– quias. Preparado el antiguo Convento de Guanabacoa\ t rasladóse allá el P. Murieta con tres religiosos más en Febrero de 1851. Pero

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