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Un nuevo paradigma para las relaciones entre Comunicación… nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 7-49, ISSN: 0470-3790 49 se hallaba escondido en una cueva en el monte Horeb, la voz del Señor: Entonces Yahvé pasó, y hubo un huracán tan violento que hen- día las montañas y quebraba las rocas a su paso. Pero en el huracán no estaba Yahvé. Después del huracán, un terremoto. Pero en el terre- moto no estaba Yahvé. Después del terremoto, fuego. Pero en el fuego no estaba Yahvé. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, enfundó su rostro en el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva 69 . No hemos nunca de olvidar que fue mediante un susurro como la voz del Dios llegó a Elías, el único profeta vivo que quedaba en una época en la que los demás habían sido asesinados. Lo escribió Joseph Ratzinger hace algunos años, “no se da a conocer más el que malvende la palabra (pues lo que es demasiado barato no vale para nada), sino el que la anuncia” 70 . Si somos capaces de comunicar teniendo presente lo anterior, a buen seguro estaremos haciendo realidad, con la ayuda del Espíritu de Dios, el Reino entre noso- tros. Y nuestra humilde tarea habrá ensalzado en toda su verdad el comienzo del evangelio según san Juan (quizás tan repetido como poco reflexionado) cuando proclama que: “En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios”. 69 1 R,19, 11-13 . 70 J. RATZINGER, La fraternidad de los cristianos. Salamanca, Sígueme, 2005, 104-105.

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