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414 M.a DOLORES MATEU MURISCOT seguramente no pudo prever sus actuales repercusiones, las cuales afectan tanto a las posibilidades del reconocimiento histórico de la dignidad de la persona humana, como a las de la comprehensión teológica completa, por parte de una mente finita, de la Divinidad. Paradógicamente, mientras la persona humana —siguiendo la definición boeciana— se proyecta como un ser vacío de relación y únicamente lleno de mismidad —recordemos que es una substancia individual perfectamente subsistente y absolutamente incomunicable— , la Persona Divina se descubre como una relación divina inmanente, también con las notas de sustancial e incomunicable. En expresión de santo Tomás: Persona divina significat relationem ut subsistentem2. Así, las tres relaciones mutuamente opuestas de Paternidad, Filiación y Espiración pasiva son las tres hipóstasis o Personas Divinas. La Pater­ nidad constituye la Persona del Padre, la Filiación, la del Hijo, y la Espiración pasiva, la del Espíritu Santo. Estas tres relaciones opuestas son las que reúnen las dos características esenciales del concepto de persona definido y recogido por la metafísica histórica. Si la definición de persona humana carece del concepto meta- físico de relación, la explicación de nuestra realidad como verdade­ ramente hijos de Dios descansa sólo en una filiación de adopción, no en una naturaleza filial: no somos hijos de Dios por naturaleza, sino por adopción. El texto evangélico que sustenta tal interpreta­ ción es paulino: Por cuan to qu e en Él nos eligió antes d e la consti­ tución del mundo p a r a qu e fu ésem os santos e inm acu lados an te Él y nos predestinó en c a r id a d a la adop ción d e hijos suyos p o r Je su ­ cristo, con form e a l beneplácito d e su v o lu n tad 3. La relación filial, si aplicamos la definición boeciana, es exclusivamente divina; esto es, sólo la Persona del Hijo —el Verbo— la cumple. Y también la agota. No podemos hablar, pues, desde esta metafísica de la persona, pro- consideró equivalente la de lo subsistente distinto en la naturaleza intelectual: Dis- tinctum subsistens in natura intellectualU (véase S. Th., I q. 29° a. Io y 4o. Pot. q. IX, a. 2o y 4o). Ser personal y relación interpersonal, en Dignidad personal, comu­ nidad humana y orden jurídico, Actas de las Jomadas de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA), Cuadernos de Espíritu, n. 4, Instituto Filosófico de Balme- siana, Barcelona 1994, vol. I, p. 25. 2 5. Th., I, q. 29, a. 4. 3 Efe 1, 4-6.

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