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VICENTE MUÑIZ 1 7 7 unido a lo sensible y es limitado. En cambio, Dios conoce todas las cosas de manera eminente, en el sentido de que es causa de todo lo creado y de que en su esencia divina se encuentran los paradig­ mas o razones ejemplares de todo lo que pasa a la existencia. c) Por ello, Dios conoce las cosas no en las cosas, sino en Sí mismo. Así, la realidad creada no es más que las razones ejem­ plares o paradigmas divinos puestos en la existencia, separada de la esencia divina8. Doctrinalmente, no es difícil constatar la coincidencia de pen­ samiento entre san Buenaventura y el Pseudo-Dionisio en el tema del ejemplarismo. En el Pseudo-Dionisio, con notas y caracteres más arcaicos y primitivos, pero con las mismas líneas fundamentales que en san Buenaventura, más evolucionado y sistematizado. La atmós­ fera pseudo-dionisíaca que impregna el pensamiento ejemplarista bonaventuriano se explícita en las dos citas que del tratado DN se hacen en diversas ocasiones en De Se. Christi y / Senf. de san Bue­ naventura y que ha recogido Bougerol. Sobre estas dos citas, parece insuficiente la explicación que da Bougerol del cambio que hace san Buenaventura de la expresión “ essentia” de la versión de Sarrazin por la de “existentia” , acorde con la de Escoto Eriúgena. Más que un eiemDlo característico del “Corpus Dionvsien des Mineurs” . se trata de una cuestión hermenéutica en cuyo centro está todo un complejo de preguntas no totalmente solucionadas por la investiga­ ción. Así: ¿qué comprehensión tiene el concepto “ ta onta” y el de “ ousía” en el CD y, en general, en la patrística? ¿la interpretación que del CD hace san Buenaventura responde a un punto de vista co­ mún con Sarrazin, Escoto Eriúgena y Roberto de Grosse¡este o no será mejor una muestra del intento que hace por acercar la autori­ dad del Pseudo-Dionisio a su posición metafísica? El término ousía como el contenido significativo de “ta onta” no está en la patrística ni en el CD configurado con precisión. A veces significa esencia, otras sustancia, también existencia, ser y entidad. Cómo d ia tó n i­ camente van los términos configurándose y adquiriendo una inter­ pretación medieval precisa, según orientaciones y escuelas, excede con mucho el propósito de estas breves notas. Parece, no obstan­ te, que éstos son puntos dignos de tenerse en cuenta a la hora de 8 . Para a): DN 865a; Dionysiaca, 380. Para b ): DN 824c; Dionysiaca, 360; Para c): DN 869ab; Dionysiaca, 394 y 397.

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