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VICENTE MUÑIZ 175 en sí simultáneamente la total realidad del ser, abarcando toda cla­ se de entes: los que existen y los que no existen, pero que son posi­ bles4. Siendo esto así, ha de concluirse que Dios es Ejemplar Emi­ nente al que se deben parecer los seres creados. Dios no es seme­ jante a ningún otro ente, pero nada de cuanto existe puede carecer de semejanza con E l5. En efecto, los entes creados son semejantes a Dios — Ejemplar Eminente— por ser fruto de una causación divina gratuita. Así, afir­ ma el Pseudo-Dionisio: “ Dios da el ser a los entes y produce todas las esencias; por ello, se dice de aquel Ente, que es Uno, que se multiplica por ser causa desde Sí Mismo de muchos entes” 6. En es­ te proceso causal, metodológicamente, para una mejor intelección cabe distinguir dos momentos. En el primero, Dios produce las esen­ cias. Y estas esencias no son otra cosa que las “ razones ejemplares o paradigmas” . Y, en el segundo, las pone en la existencia. Las ra­ zones ejemplares, por tanto, guardan por un lado relación con la di­ mensión cognoscitiva de Dios y, por otro, con su voluntad. Son tan­ to logos como zelema. En cuanto logos, son definidoras de los seres y, en cuanto zelemas, son efectrices de los mismos. En coherencia con la tradición platónica, el Pseudo-Dionisio defiende, contra el filó­ sofo Clemente, la existencia separada de los paradigmas respecto de las cosas creadas y niega — contra Proclo— que sean entidades “auto-subsistentes” en el sentido de autocreadas. Los paradigmas son, para el Pseudo-Dionisio, productos de la sabiduría y voluntad de Dios: sus primeros “ próodos” 7. 4. DN 817b. 820b, 869b, 872c. (PG III). En lasversiones latinas, Dio­ nysiaca: recueil donnant l’ensertíbledestraductickns latines des o u v r a - ges attribués au Denys de l’Aréopage (Bruges 1937) t. I, 328, 338,397,408 respectivamente. 5. DN 916a. Dionysiaca, 470. 6 . DN 649b. Dionysiaca , 111. 7. DN 824c. Dionysiaca, 360. Es precisamente esta cita deflnitoria de razón ejemplar o paradigma la que toma S. Buenaventura en Se. Christi. q. 2, concl. (V, 8 ) y q. 3, arg. 3 (V, 11). Respecto a si los paradigmas o razones ejemplares son creados o no, los intérpretes se dividen en sus opiniones. Así, W . V o e lk e r , Kontempla- tion und Ekstasse bei Pseudo- Dionysius Areopagita (Wiesbaden 1958) 133, niega su existencia separada de la esencia divina con la que se identifi­ carían. De opinión contraria, E. C o r s in i, II trattato De divinis Nomini- bus< dello Pseudo-Dionigi e i comm enti neoplatonici al Parmenide. (T o­ rm o 1962) 135, que aduce también a su favor, sin indicar de dónde lo ha tomado, a Van den Daele. No se dan en el CD textos concluyentes para ninguna de las dos opiniones. Depende, en realidad, del punto de vista interpretativo, según el cual se lleva la investigación. Asi, Corsini inten­ ta hacer ver las coincidencias del Pseudo-Dionisio con Parménides a tra

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