BFCMEP00090-C-IGUp01d00000000
— 40 — Por lo dicho se vé claramente cuán grande y heróica era la fé que nut stro beato Di gro te nía en la pri sencia ri al y verdadera de Jesucristo en el Santisimo Sacramento de nuestros altares: todo cuanto se hiciera para honrarlo le pare cía poco. Y en eli cto, ¿qué no merece Jesucristo? Si Él vive con nosotros hasta la consumación de los siglos, si encuentra sus delicias en morar entre los hombres, si ha querido honrarnos con su dulce y amable presencia, si con es- ta permanencia ha querido asegurarnos de la verdad de su pasión y de su muerte, y de la infalibilidad de sus promesas, no hay obsequio que no debamos hacer por £l, no hay homenage que no debamos tributarle. Todo este culto, expresión sincera de la fé y de la piedad, es una justa compensación de los oprobios y humillaciones que por nosotros padeció, es un justo retorno de la gratitud y amor que le debemos. ¿Quién no amará al que tanto nos ama? ¿quién no hon- rará al que tanto nos honra? ¿quién no visitará con la más viva fé á quien no ha querido separarse de nosotros? Pero la devoción ex- traordinaria á Jesús Sacramentado es hija de una fé grande y he- róica, y esta fé es el privilegio de los santos. Nuestro beato Diego, después de haberse hecho el apostol in- fatigable del misterio de la Santísima Trinidad, y de la devoción do los fieles hácia tan soberana é incomprensible verdad, se hizo igualmente el apóstol del Santísimo Sacramento y de su culto sobre la tierra. La Divina Providencia lo suscitó precisamente en la época en que la incredulidad se desarrollaba orgullosa y atrevida para proclamar muy alto los más grandes arcanos de la yerdade- ra religión, y ser el campeón de los dogmas más sublimes de nues- tra santa fé. Esto mismo nos demuestra cuán arraigadas estaban en el corazón de nuestro beato Diego las creencias católicas, Si tan grande y heróica era su fé en los más difíciles € incomprensibles misterios de nuestro Credo ¿cuál no sería su asenso 4 las demás verdades de la religión, que aunque misteriosas son relativamente árcano de la Santísima Trini- dad y el mistorio del Santísimo Sacramento? visto, su fé no era esteril, no e más fáciles y comprensibles que el Pero, como se ha ra puramente especulativa, sino al contrario, eminentemente práctica y fecunda en buenas obras, El ercía firmemente, él am aba tiernamente, y quería que todos participaran de su fé, que todos participaran de su amor: enseñaba con la palabra y el ejemplo á venerar y adorar lo que el pensa-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz