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(27) cd. nueftro Serafin vna gracia tan es- pecial de curaciones, que no parecia, sino que Dios havia depositado en su mano la salud , porque la repar- tió todo el tiempo de su vida,- y, mucho despues, con rara abundancia. A la fama de efta gracia concurria gran multitud de Enfermos al Con- vento, pidiendo á vna voz, que sa- liefle éfte Serafin para su alivio: Y. el Santo Lego venia á la Portcria, Jes daba la bendicion con vn Crucis fixo pequeño, que traia siempre consigo, y luego se oia el grito, que levantaban, dando las gracias á Dios de el alivio vnos, y otros dela per- fecta salud, que experimentaban, A tanto llegó el concurso de dolien- tes, que buscaba en efte Serafin el remedio de sus males, que el Guar- dian del Convento de Áscili pidió al Padre Provincial, que le quitafle «A efte Santo de el Convento;; por< que era diftraccion de sus Subditos con e.