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(196) de nervios, se le cayó en el brasero éncendido la dicha Eltampa, no ad: virtió por entonces, hafta «que el hu. mo, y olor le avisaron, que se que- maba algo. Discurrió lo que podria ser, y echando menos la Eltampa, fué 4 el brasero, entendiendo, que hallaria solas las pavesas; pero ha- llo, que haviendose consumido el blanco del papel, eftaba intacta la Efigic de el Beato, y el nombre. De alli 4 algunos dias llevó a la re- ferida Enferma, para ser examinada de la verdad de efte caso, y assi que Jo afirmó: con juramento, repen- tinamente se halló sana de la con- traccion de nervios, y se volvió bue- na 4. su casa. Elta Imagen de el Bea to, preservada de el fuego milagro- samente, se conserba assi, y muchos Emivrentissimos Cardenales, y otros Prelados, le han dado las: mas afec. tuosas Yeneracion£s. Eftas marabillas he referido, pas 6