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(170) gue debia. Viendo Er. Bernardo, que no baltaban su palabras , recurrió 4 sus acoftombrados prodigios: y vn dia, que entró en la Huerta de An. tonio, lo-hallo trabajando, juntamen» 1e comwsu Padre, y hermano. junto A vna Higuera, que jamás havia lle. wado fruto; primero Je habló sobre el referido,assunto , para que Se pu» siesse en gracia, y amistad de Dios; y despues le dixo , señalando á la Higuera: Mtra, que hermos0 » Y Ma. duro fruto. Caso.raro!, Miro Anto» nio, y vió, que siendo: entonces por el mes de Enero, la Higuera tenia Higos; comió Antonio, su Padre, y wl hermano , porque para, cada vno dió vno la esteril Planta, y no dió en» tonces mas de tres. Higos 5 de cuya hermosura, y sabor quedaron tan mudados, que se convinieron, a lo que Fr. Bernardo les mando, en ordena el casamiento. de el Mancebo diftrai- do. Llego-el ticmpo de los Higos» d