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| (134) CAPITULO VII. DE EL .CORDIALISSIMO afeíto s: que professaba a la Reyna de el Cielo, , EGUN ¿el célebre dicho. de el Pa. dre San Bernardo Abad, todas das gracias, que descendian de el Cielo sobre Fr, Bernardo, como va. mos viendo, venian por: mano de la ¡Thesorera, de los Divinos Dones, mucítra Dulcissima Madre Maria San. tissima 5con que era preciso la obli- gara mucho., quien tanto recibia-de sus Dones. Era la devocion a la Se- ñora tan grande, que sus dias Felli. vos sentia tan singular alegria , que se le conocia en la cara, y andaba trás el Sacriftan, obligandolc, á que adornasse mucho el Altar con fores. Espccialmente-el dia de nueftra Pa: grona , la Immaculada Concepcions' cra