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(130) impetuosa de cl Rio, y sé le venia á poner en los brazos. Quando le tuyo cerca , extendió reverente la mano, y le sacó de el agua, dando. Jc ternissimos osculos , y abrazos; prometiendo de guardarle en adelan. te con mas cuidado: y assi el Ar. zobispo de Palermo decia , que Fr, Bernardo repetía aquellos prodigios singulares, que de el Apoftol de la India mas aplaude el Orbe. Si la Imagen tanto arrebataba el corazon de el amante Bernardo, qué seria la realidad de todo Chrifto en el admirable Sacramento? No es ponderable el afeéto, con que lo reycrenciaba. Continuamente anda- ba yendo, y viniendo, para visitarlo en cl Sagrario. Las. ansias de reci- birlo. en su pecho eran tan vivas, que el Viernes Santo, que no podia comulgar,.: le parecia vn año, y ape. nas amanecia:el Sabado , corria á la “Celda de el Guardian, y puelto de r0- ¿de