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(79) tion de los Serafines. “YA se ¡ba 3 desprender su espiritu de Jas prissio- nes de la carne, y ni el Medico, ni el Prelado querian, que se le admi- niftrasse la Extrema-Uncion, porque no veian en el señal 2lguna de mucr- te; pero Serafin , permaneciendo de rodillas, abrazo el Crucifixo , para auxiliarse , y les dixo 4 los Religio- sos, que tendrian que andar de prie- sa , para darle el Sacramento , que le diferian para otro lanze. Empezó 2 suplicar á el Señor Crucificado, qué hablasse por el, pues no le daban credito á el anuncio de su transito, y a el punto se mudo de color, y ema pezoó a dar señales de mortal , y se verificó la priesa, que havia dicho, pues corriendo, Je traxeron el Santo Olco. Ungido yá Serafin, y reclina= do sobre la tarima, que le servia de cama , y apretando'en la mano el Crucifixo, que siempre havia sidó su Compañero inseparable, le entré. ga

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