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84 •••••••• \ . M~.~~~~q~ ......................................... Después de laudes y Santa Misa, saludé a la familia misionera de los Barrios, y también a los barí que estaban en el Tukuko. Después del desayuno di una vuelta por todas las dependencias. En la cocina había grandes ollas llenas de grandes yucas esperando turno para ser cocinadas. Antes de que yo preguntara nada, llegó la hermana y me explicó de dónde procedía la yuca y por qué iban a cocinar tanta. Para mí fue una gran alegría saber que aquella yuca era de la tumba grande que hicimos cuando yo estaba, y, la cantidad estaba motivada por los ochenta barí, entre grandes y pequeños, que estaban de visita por esos días en el Tukuko. Amanece el ultimo día de noviembre, yo repito el dicho castellano: "noviembre dichoso mes, que comienza con los santos y termina con San Andrés". Ahora lo rectifico: "¡Oh noviembre, que te comencé en la Guajira y termino en la motilonia!" Este día me puse en camino hacia la motilonia. Caminábamos por la vieja pica cuando nos cruzamos con un grupo de barí, que iban por primera vez al Tukuko. Nos devolvimos con ellos, pero haciendo noche en la estación misional de Santa Rosa, a 20 kilómetros del Tukuko y a 50 del bohío de Aragtoba, bautizado de nuestra Señora de Fátima, por haberse hecho allí el primer contacto de los padres que iban en el helicóptero. El otro sitio de contacto quedaba 10 kilómetros mas acá, y fue bautizado de Santa María Magdalena por ser esa la santa del q_ía del primer contacto. Al bohío de Aragtoba llegaron el P. Romualdo de Renedo y el P. Vicente de Gusendos. Al de Santa María Magdalena, llegaron caminando por tierra el P. Adolfo de Villamañán y el P. Epifanio de Valdemorilla. Estos dos padres fueron acompañados de 12 yukpas mayores, en su gran parte estudiantes del internado. También iba con ellos Chibio, indígena barí que hacía tiempo vivía en el Tukuko. Muy temprano, el primer día de diciembre, y con la lluvia del invierno que no ha terminado, continuamos nuestro camino hasta el Tukuko. Al otro día, después de la Santa Misa nos regresamos y pernoctamos otra vez en Santa Rosa. Finalmente el día 3 de diciembre, día de San Francisco Javier, patrono de las misiones, el P. Epifanio celebró la Santa Misa y arrancamos todos llenos de ánimo hacia nuestra meta. Yo no veía
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