BFCLEO00033-H-100000000000000

76 •••••••• \. M~.'!1:<!.~~q~ ....... .................................. y mantenían el ritmo y el ánimo; tardamos un mes y medio en recogerlo todo. Como en anteriores ocasiones la cuestión fue fuerte. Íbamos desde el medio día hasta la puesta del sol. La quebrada, que seguía allí, al lado, con su agua fresca, era una tentación para muchos y, un aliciente para ellos, y para mí la oportunidad de quedarme sin voz y sin paciencia. En estas ajetreadas tardes de septiembre y octubre me acordaba cuando era muchacho, como estos internos del Tukuko, y también arrimaba el hombro a las tareas de recolección de las cosechas.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz