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54 •••••••• \. M~.1?!?.1:~q~ ... ...................................... madre superiora! que nos ha preparado tan buen almuerzo. La gente joven repetía y repetía su ración y, a pesar de eso, alcanzó para todos. Finalmente cada camioneta fue regresando a Machiques. ¡Que Dios los acompañe en el regreso, que lleguen con gozo y alegría a sus hogares y, cuando vuelvan otra vez, encuentren mejor camino y no tengan que pasar cinco veces el río Tukuko! A pesar de nuestros buenos deseos, el viaje de regreso fue siempre malo. Menos mal que iban muchas camionetas Power-Vagon que se ayudaban unas a otras, remolcándose, cuando alguna se pegaba en el barro. Comenzando el nuevo año, el día 4 de enero de 1956, nos llega la noticia de la elección del superior del Tukuko, P. Saturnino de Villaverde, como Vicario Apostólico. Venía desempeñándose como Administrador Apostólico desde que Mons. Ángel Turrado había marchado a España por enfermedad. Todos nos llevamos una gran alegría pues lo esperábamos y lo deseábamos. Así que salimos de la fiesta del 2 de enero a la fiesta del 4. Para la Misión del Tukuko era un gran honor que su superior por cinco años, que había trabajado tanto y tan bien, fuera, de ahora en adelante, cabeza del Vicariato. Todavía, de vez en cuando, sentía molestias en su espalda por la caída que tuvo, en la expedición misionera reseñada más arriba, intentando contactar los barí. Yo seguí, todo el mes de enero, aquí, en la Misión, con el mismo plan de vida, y haciendo nuevos inventos de trabajo con nuestros queridos internos, que estaban siempre dispuestos a todo lo que les mandara. Estando así, en estas ocupaciones y, comenzando el mes de febrero, recibo la orden marchar a Machiques, pues debido a la ordenación episcopal del P. Saturnino había que hacer muchas cosas. El hermano que estaba en Machiques era un poco mayor y, para él, era bastante costoso ese trabajo.
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