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53 Fray Emiliano de Cantalapiedra ; •••••••• aportaron armarios, ornamentos, Vía Crucis, bancos imágenes, cálices, copones... La iglesia se inauguró terminada y perfectamente dotada de muebles y utensilios de culto. Por fin llega el 2 de enero, día de la inauguración y cuarto aniversario de la llegada de las hermanas a la Misión del Tukuko. Y, aquí las tenemos como el primer día, fervorosas y fieles al servicio de todos, sin escatimar sacrificios. Se había previsto la misa solemne para las diez de la mañana. Esperábamos mucha gente de Machiques y de Maracaibo. Las noches anteriores cayeron grandes aguaceros y pusieron el camino infernal. En algunos tramos el agua que corría por el camino lo asemejaba a un rió, dejándolo casi intransitable. Pero cuando los maracaiberos o los perijaneros se ponen en camino nada les aterroriza. Con la confianza puesta en el Corazón de Jesús y con su jaculatoria dicha mil veces (venían bastantes religiosas) fue transcurriendo el viaje. Venía mucha gente conocida y amiga de la Misión. También venían sacerdotes y religiosos, por ejemplo el padre Paúl, superior de la comunidad de la Milagrosa de Maracaibo, que iba a predicar en esta fiesta, tan solemne para toda la Misión, tanto para misioneros como misionados que también vinieron en cantidad. Todos los caminantes en viaje hacia el Tukuko, debieron contar con la especial protección de los Ángeles Custodios, pues a pesar de lo penoso y terrible del camino, todos llegaron sanos y salvos, sin accidentes, aunque un poco retrasados, a la fiesta de la inauguración Para los que esperábamos a los visitantes fue motivo de gran alegría verlos llegar con bien. Los recibimos con aplausos y mucho cariño. La Eucaristía comenzó a las dos de la tarde. Fue muy solemne, muchos cantos y un hermoso sermón del padre predicador. A continuación, almuerzo para todos. Hubo mucha alegría, armonía, contento y, sobre todo, mucha yuca y carne a la parrilla y... ¡Viva la
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