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que salían cada día y a cada momento. Así, a últimos del mes de octubre 1 nos fuimos unos internos y yo a limpiar y reformar un poco nuestro cementerio, que, aunque pequeño y pobre, quedó decente hasta no más. Así pasó el Día de los Difuntos en el que fuimos casi todos a visitarlo. Y después de este mes devoto, que empezó con los santos, siguió con las ánimas, y terminó con San Andrés; vino el mes de diciembre. Celebramos con mucho fervor la novena de la Inmaculada con la que clausuramos el Año Santo Mariano en honor y memoria de nuestra Madre del cielo, la Virgen María. Después, para terminar este mes y este año, entramos en las fiestas de Navidad, habiéndola precedido las misas de aguinaldo, del 16 al 24, donde todo es canto y alegría. No digamos el día de Noche Buena, acompañados de bastantes yukpas venidos de la Sierra, que fueron invitados por la Misión, sobre todo, los papás de los internos, que pasaron así esos días junto con sus hijos. Algunos de estos huéspedes se quedaron hasta el Año Nuevo, otros se fueron antes. Después de dar gracias a Dios por el año pasado y por el nuevo año, había que decir: Año Nuevo vida nueva, sí, pero había también que llevar adelante lo que habíamos comenzado el año anterior, pues eran muchas las cosas comenzadas y otras en proyecto, que también había que darles curso. Pero con la ayuda de Dios y de la Virgen Santísima se iría haciendo todo, aunque fuera poco a poco; como así nos pasó a nosotros en este año que comenzaba en el que, a pesar de todas las dificultades y contratiempos, se hizo más de lo que se esperaba. Año 1955: aumento de internos y construcción de la iglesia, con la alegría de todos: padres, hermanas y yukpas. Comienza este año conmuchas felicitaciones y proyectos, aumentando en el primero y segundo mes los internos, tanto niños como niñas. Nadie suponía las cosas que íbamos a comentar el día de San Silvestre (31 de diciembre). Con el aumento de los internos y trabajadores, sobre todo los

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