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218 ....... ·-..., .M~.1!!~1:~q~- .......................... .............. Como despedida, decidí tomar una vacaciones y pasarlas en elTukuko, antes de ocupar las nuevas responsabilidades en mi nueva residencia. Iría a dar una vuelta por algunas comunidades de la Sierra. Y como había que aprovechar el tiempo, apenas llegado al Tukuko, ayudado por Paulina Eua, empecé a preparar el viaje para poder ver, visitar, conversar y cambiar impresiones con un buen número de yukpas, la mayoría compañeros de trabajo de los años 1953 a 1962. Muy especialmente aquellos con quienes viví las fatigas de 1961 y 1962, que ni ellos ni yo habíamos olvidado lo sucedido en la selva motilona. Empezamos la excursión los primeros días de febrero. Era pleno verano y el río era una maravilla para viajar por él, con comodidad, tranquilidad y, sobre todo, seguridad. No habíamos caminado un kilómetro y ya nos encontramos con el bueno de Matete y su esposa que venían para la Misión, les acompañaban sus hijos: Yerepe, Anita y Ariche. Venían de casa de Tachi, que es hermano de Matete, los saludamos y seguimos. Al poco rato llegamos a la casa de Tachi, los saludamos brevemente y continuamos. Nos encontramos, poco después, en el camino con Sakora y su esposa Arkipe. Les acompañaban sus hijos Constando, Nono y Pichi. Yo pensé: a este paso no voy a encontrar gente arriba. Gracias a Dios no fue así. Allá encontramos más yukpas que nunca. Llegamos pronto a Karanka. Allí estaba, entre otros, Shinepre y Pasirima, con sus dos hijos: Rikuku y Shabetá. También llegó Aki y Enke, con su hijo Samiki. Había muchos yukpas de los más antiguos. Seguimos el camino y llegamos a Ipika. Allí nos encontramos a Antonio Araya y su esposa y su hijo menor Mirpe. Aquí hicimos una buena parada que nos sirvió de descanso y de información. Ipika era el corazón de la entrada de la Sierra. Pasamos unas horas, pero por estar al comienzo del viaje no pernoctamos aquí, seguimos para arriba. Al llegar a Kanobapa encontramos mucha gente, empezando por el papashi Pekare y su inseparable flauta. Un poco reposado y tranquilo,

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