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206 •••••••• \ . -0.~.1!!?.1:~q~ ......................................... de terreno más o menos grande. A la larga, la caminata resultó bastante larga. De regresonos encontramos conla comida servida, los que no quisieron hacer la caminata con nosotros, tuvieron el acierto de preocuparse de eso. Lo hicieron de lo mejor. Durante la comida cambiamos de planes, en vez de quedarnos a dormir en Shashapa decidimos hacerlo en Kanobapa pues la mayoría de la gente de allá quería acompañarnos. Es de notar que casi todos eran ancianos, pero muy valientes. Si todos nos reuníamos en Kanobapa tendríamos más tiempo para compartir. No tomamos el camino directo a Kanobapa, sino que dimos un pequeño rodeo para pasar por Psikakao, que se veía enfrente de Shashapa y no muy lejos. Tuve así la alegría de volver a ese hermoso sitio, aunque no pudimos llegar hasta la casa de Itakakpe pues íbamos de pasada. Esto me produjo tristeza a mí, pero alegría a las ovejas, que así se libraron de ver sacrificada a alguna de ellas; el bueno de Itakakpe, siempre que íbamos por allí, nos ponía para cenar oveja bien cocinada y sabrosa. Pernoctamos en casa de Tema, como otras veces, y como otra veces nos recibió muy bien él y su familia. Las personas que vivían por los alrededores se reunieron en aquel sitio. También vino Itakakpe. No sé cómo se enteró que andábamos por allí. Se presentó como siempre, llevando comida de la que él tenía en su casa. La presencia de este buen hombre nos llenó a todos de alegría. Su anciano padre no pudo venir, pero con el hijo le mandamos algunos pequeños detalles que él apreciaba mucho: fósforos, tabacos... Al anochecer, los yukpas que venían comigo del Tukuko y un servidor nos pusimos a dar la catequesis, terminamos juntándonos todos para rezar el rosario y cantar. A las cuatro de la mañana el gallo nos avisó que ya el sol se empezaba a levantar y que era hora de preparar la fogata para hervir el café. Poco a poco nos fuimos reuniendo en torno a la hoguera, pues hacia frío y