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193 Fray Emiliano de Cantalapiedra ;········ Apenas salir de los ejercicios espirituales comienzo a preparar una excursión apostólica a la Sierra de Perijá, aprovechando el verano. Sería la más larga, dificultosa y costosa de cuantas hice a la Sierra. Subiría hasta Taremo, Shikimo e Irapa, el sitio original que dio nombre a toda la región y quedaba en la parte más alta. El día 24 de enero salgo de Machiques para el Tukuko. Aquí, convidé a dos yukpas que me acompañaran. Uno de ellos fue el veterano Emilio Panashi, el otro, un yukpa joven que estuvo en el internado cuando yo estaba al frente de él, se llamaba Drupa. A partir Kanobapa se unió otro. Llevamos tres mulas muy buenas y aptas para esos caminos malucos hasta no más y esas jornadas, a veces, larguísimas. La cosa iba a ser buena llevando tan excelentes compañeros de viaje. El día 25, fiesta de la Conversión de San Pablo, ejemplar de apóstol, caminante incansable para llevar el Evangelio de Jesucristo, animados por su ejemplo, emprendimos nuestra marcha. Antes, de madrugada, participamos los tres en la Santa Misa y recibimos la Sagrada Comunión. Salimos a las siete. Sería una jornada muy larga. Seguiríamos el curso del río haciendo zig-zag por él. El río estaba bajo y se puede ir por él sin dificultad. Fuimos sin parar hasta Kanobapa. Allí descansamos un poco, dimos de comer a las mulas y ajustamos la carga que se había aflojado. Total, estaríamos media hora. Por todas las comunidades que encontramos solamente saludamos a la gente diciéndoles que a la vuelta nos detendríamos. Hicimos la señal de la cruz, nos encomendamos a Dios nuestro Señor y a la Virgen del Rosario, patrona de este sitio, y continuamos nuestro camino hasta Taremo. Por fin llegamos. El camino, después de dejar el cauce del río Tukuko era un sucesión de altos y bajos bordeados de precipicios. En varias ocasiones desmontamos para pasar a pie el tramo, como precaución ante el peligro de que la mula diera un tropezón o resbalara y, ella y su jinete fueran rodando hasta el fondo del barranco. Esto no era una suposición, de hecho en más de una ocasión se malogró

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