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llegar hasta allá. Lo mismo hacía en dirección al río Catatumbo para llevar la carga de la Misión de Bokshí, a la vuelta traían a las Hermanas t y los indígenas barí que venían a Machiques y acababan de llegar en la f lancha. 1 t' f 1 'i ~. }' A los tres o cuatro meses conseguí otro vehículo, de la misma marca, pero con cajón atrás para la carga, cubierto con buen techo, era más grande y tenía más fuerza. En realidad para lo que yo lo necesitaba era mucho mejor que el jeep. Este vehículo era el que se usaba en la Misión de Saimadoyi. Allí, el P. Clemente, consiguió un camioncito de segunda mano, en buen estado y a buen precio. El carro que había usado hasta entonces me lo cedió a mí. Yo me puse muy contento porque así podía prestar mejor servicio a los yukpas y barí. SOBRE RUEDAS Ahora sí me iba a ir bien con tan buen carro, que al mismo tiempo que servía para trasladar carga, podía llevar bastantes pasajeros. De hecho a donde yo me metí con ese vehículo muy pocos se decidían a meter sus carros, y menos, si era para servicio de los yukpas y barí de la Sierra de Perijá. Apenas recibí el carro reanudé las visitas a las comunidades de la Sierra. Para visitar las comunidades de Río Negro había una carretera que llegaba hasta el río, llena de cuestas, baches y precipicios, pero yo lo hacía con mucho gusto. Después del río había que seguir a pie. Los yukpas venían hasta el río para subir la carga, que en definitiva era alimento, ropa y utensilios para ellos. La verdad es que, aparte del interés que pudieran tener, estimaban mucho la visita del misionero capuchino que iba a enseñarles, acompañarles y ayudarles, pues uno estaba pendiente de todo lo que necesitaban, tratando de encontrar solución a todo y colaborando en lo que se podía. Los yukpas, fuertes y pacientes, valoraban sobre todo, el interés que uno ponía en ayudarles, aunque a veces los recursos permitían hacer muy poco. Terminada mi visita, se vinieron conmigo los que estaban enfermos. En la orilla del río me esperaba la camioneta y, con gran alegría de mi parte, los pude llevar, a todos, al hospital de Machiques, de forma cómoda y segura.
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